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lunes, 14 de abril de 2008

El día después del fin de la huelga en la justicia española”

El día después del fin de la huelga en la justicia española”
Después de la tormenta viene la calma, y después de la guerra hay que recoger los heridos, sanar las cicatrices y mirar hacia delante. El fin de la dilatadísima huelga de los funcionarios de la Administración de Justicia española (9.000 funcionarios en huelga, miles de procedimientos aplazados, etc) es una buena noticia para los funcionarios, abogados, procuradores pero sobre todo, para la ciudadanía en general, que no debe ver cerradas las puertas del servicio público en que deposita su confianza para atajar con paz social y legitimidad los graves problemas jurídicos que se agazapan tras los intereses vitales de la sociedad.
1. La situación planteada, en su génesis y desenlace, recuerda a los tercios de Flandes, infantería española, que en Abril de 1574 se amotinaron y negaron a seguir guerreando si no se les abonaba la paga, y cuando el jefe les envió un jesuita para sermonearles apelando al servicio al Rey, le contestaron: “Haga vuesa merced que nos paguen de contado y después oiremos muy atentos vuestro sermón. Estamos ya cansados de palabras y, si pudiera ponerse en una balanza de sangre que hemos vertido por el rey en otra la plata que nos debe, con ser esta mucha, de cierto iba a pesar más la otra. No se trata de cuita de hacienda sino de dignidad de caballeros que ofensivo resulta que otros tercios cobren mayor soldada por servir al mismo rey“. El gobernador de los Países Bajos, Luis de Requésens, les prometió bizcochos y dos ducados más de paga mensual, a cambio de hacer mayores guardias nocturnas, pero los tercios se mantuvieron unidos en sus trece, hasta que aquél consiguió el dinero cincuenta días después y entonces los tercios regresaron a la lucha.

2. Volviendo al presente, Sevach únicamente se hace cuatro preguntas, cuya respuesta como decía Bob Dylan, está en el viento:
a) ¿Por qué no se hizo la propuesta ministerial desde un primer momento?. ¿Se subestimó la fuerza de la razón de los huelguistas o se sobreestimó el poder arrollador de la patronal?. Salvando las patentes distancias, la resistencia del todopoderoso Estados Unidos en Vietnam fue fruto de la soberbia mal entendida o de una estrategia errónea. La guerra finalizaría pero con enormes secuelas por no acometer una pronta y digna retirada.
b) ¿Cómo se va a recuperar la justicia?. Es algo así como si finalizase la huelga de los controladores aéreos y los miles de pasajeros con sus maletas, que atiborran el aeropuerto, confían en llegar a destino de forma rápida y cómoda. El problema es que, en el tráfico aéreo, como en la Justicia, son limitados los “aviones” (el número de juzgados y tribunales son los que son), la capacidad de los “pilotos” es humana (los jueces no son héroes que puedan trabajar día y noche, salvo que se incorporen otros jueces), y también limitadas las “franjas horarias de espacio aéreo” (el tiempo y zona de vuelo ha de estar armonizado pues la congestión hace correr riesgos graves).
c) ¿Podrían los damnificados por la huelga exigir responsabilidad patrimonial a la Administración de Justicia por el tardío y dañoso desenlace del conflicto?.
d) ¿Servirá la huelga de chivo expiatorio en que los abogados o los jueces puedan residenciar la responsabilidad por la demora o la cuestionable factura de las futuras sentencias?.
3. Hay que pasar página al episodio y arrimar el hombro. En fin, gracias a la responsabilidad de funcionarios, abogados, procuradores y jueces, conseguirá salir de la encrucijada, pero la buena voluntad se detiene a las puertas de lo imposible.

FUENTE; blog público de Sevach http://www.contencioso.es/?p=671

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